Intersexualidad es un término que en general se utiliza para una variedad de situaciones en las cuales, una persona nace con una anatomía reproductiva o sexual que no parece encajar en las definiciones típicas de masculino y femenino. La intersexualidad es una variación natural en el ser humano. 1 de cada 150 personas nace intersexual
Por ejemplo, una persona puede nacer con formas genitales típicamente de una mujer, pero en su interior puede tener testículos. O una persona puede nacer con genitales que parecen estar en un estado intermedio entre los típicos genitales masculinos y femeninos –por ejemplo, un bebé puede nacer con un clítoris más largo que el promedio, o carecer de la apertura vaginal, o tener un conducto común en donde desemboca la uretra y la vagina; o puede nacer con un falo que se considera más pequeño que el pene promedio, o con un escroto que está dividido de manera que asemeja más unos labios vaginales. O una persona puede nacer con una composición genética denominada de “mosaico”, es decir unas células tienen cromosomas XX y otras tienen XY, o sus cromosomas son XXY. De esta manera, en las personas con variaciones intersexuales, las características sexuales innatas parecen ser masculinas y femeninas al mismo tiempo, o no del todo masculinas o femeninas, o ni masculinas ni femeninas.
Entonces no hay una sola anatomía intersexual. Esta variabilidad en la composición corporal es algo que no siempre se hace evidente a momento de nacer. Algunas veces, una persona no descubre que tiene una anatomía intersexual, sino hasta la pubertad cuando no se presentan los cambios corporales esperados para una mujer o para un hombre típicos. Algunas personas viven y mueren con una anatomía intersexual sin que nadie (ni ellos mismos) lo sepan.
Si definimos la intersexualidad básicamente como una variación en las formas y la composición corporal, podemos afirmar que en sí misma la intersexualidad no es una patología. Una persona intersexual puede nacer con genitales ambiguos y estar totalmente sana. También ocurre que estas variaciones corporales se pueden asociar a condiciones que requieren atención médica específica debido, por ejemplo a desequilibrios metabólicos. Cabe aclarar que todas las formas corporales, sean típicamente femeninas, masculinas o cualquiera de las variaciones corporales, de acuerdo a su anatomía, tienen cierta tendencia a complicaciones de salud. Por lo tanto, tener un cuerpo típicamente de mujer, de hombre o intersexual, no acarrea de manera inmediata condiciones de enfermedad o de salud.
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